Había que... barrer lo sucio....

...y no desgastar cepillos pagados por los contribuyentes....

carreteras de Madrid..Había que....

despejar vegetación...y ampliar el tamaño para miopes...

Había qué...retomar la pintura en la calle....

retomar el caballete en las calles...

Había que comer uno diario...

El cultivo del kiwi surgió en Asturias a principios de los
setenta. Como el mercado ofrecía perspectivas muy
favorables en España por su gran consumo y elevado
precio se inició el desarrollo profesional del cultivo con
una gran progresión durante los años ochenta. A principios
de este siglo se volvió a incrementar el número de
hectáreas cultivadas en la región. En el año 2003 se
fundó esta asociación con el objetivo de aglutinar a todos
los kiwicultores de Asturias y realizar un seguimiento de
todas las plantaciones, a la vez que reclamar una mayor
atención por parte de los organismos públicos y ayudar
a profesionalizar algunas explotaciones con problemas
y fomentar y dar apoyo a nuevas iniciativas. El kiwi
asturiano es uno de los más apreciados en el mercado,
lo que también se traduce en un precio más alto que el
que alcanzan las frutas de otras regiones y países.
España es un país fundamentalmente consumidor de
kiwis ya que produce aproximadamente solo un 10% de
su consumo nacional. Las zonas productoras son fundamentalmente Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco,
Navarra, y pequeñas superficies en Cataluña, Valencia
y Extremadura. Asturias es la segunda región en producción con un 22% de la superficie plantada, ha crecido
en más de 50 ha en los últimos 6 años, por las buenas
condiciones climáticas y de suelo que tiene. Hay una
previsión de incremento en los próximos 3 años unas 40
ha más. Las plantaciones asturianas de kiwi producen
actualmente aproximadamente 2.500 toneladas de fruta
al año que en su mayoría salen hacia otras comunidades
autónomas, a pesar de que el consumo en Asturias
triplica esa cifra. La producción está certificada en
Eurep-Gap (UNE155000) en un 35%, un 5% en ISO 9001-
2000 y un 60% sin certificar. La tendencia es que
aumenten las certificaciones en los próximo

Nunca mais

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